En el marco del caso e investigación del cuadro robado por los nazis que fue encontrado en una casa de Mar del Plata, las autoridades descubrieron el insólito dato de que la obra, titulada «Retrato de una dama», no es del autor que se creía sino de otro artista.
La obra, que fue robada por los nazis al galerista holandés Jacques Goudstikker y ahora es custodiada por la Corte Suprema de Justicia, en principio fue atribuida al pintor italiano Giuseppe Ghislandi, conocido como Fra’ Galgario. No obstante, la investigación comprobó que realmente le pertenece al artista conocido como «Il Pitocchetto».
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Según indicaron a Clarín autoridades locales desde Comune di Bérgamo, lugar del que se creía que provenía, y tras consultar con la Accademia Carrara, el museo más importante del lugar, el responsable de la Oficina de Conservación del museo, Dr. Paolo Plebani, confirmó que la pintura no le pertenece al pintor que se creía originalmente.
«Como evidenció Roberto Longhi (historiador del arte) en 1927 y luego Mina Gregori (colega de Longhi) en una monografía del pintor en 1984, en la que comparó incluso una foto en blanco y negro del cuadro señalado como perdido, la pintura de la que se trata no es atribuible a Fra’ Galgario«, indicó el experto.
Expertos italianos investigaron más sobre el tema e indicaron que la obra fue ejecutada por Giacomo Ceruti, también conocido en el mundo del arte como «il Pitocchetto», quien nació en Milán en 1698 y murió en 1767.
Realizaron nuevos allanamientos y detuvieron a la hija del jerarca nazi en busca del cuadro robado en Países Bajos
«Retrato de una dama», formaba parte del patrimonio de más de 1100 piezas que Goudstikker tenía en su galería de Ámsterdam, la cual fue «comprada» por poco dinero por altos cargos del régimen nazi. El galerista, por su parte, murió en 1940 huyendo de los nazis.
Posteriormente, el cuadro pasó 80 años perdido hasta que reapareció en una casa en Mar del Plata. El descubrimiento fue realizado luego de que una inmobiliaria mostrara la propiedad para venderla. La vivienda en cuestión le pertenece a Patricia Kadgien, hija de Fiedrich Gustav kadgien (miembro del régimen nazi), y su esposo Juan Carlos Cortegoso.
La Justicia allanó la propiedad y los propietarios de la casa entregaron la obra, sobre la cual aseguraron que fue adquirida legalmente a una cuñada del primer matrimonio del jerarca nazi en 1943 y que esta, cuando ella murió, pasó a ser propiedad de la esposa de Kadgien.
El matrimonio que tenía la obra en su poder fue imputado por encubrimiento agravado de robo en el contexto de genocidio. En paralelo, por decisión del juez federal de Garantías de Mar del Plata, Santiago Inchausti, el cuadro quedó a disposición de la Corte Suprema y se encuentra alojado en el Palacio de Tribunales de la ciudad de Buenos Aires.
La obra fue trasladada en el marco de un fuerte operativo de seguridad y permanecerá en el Palacio de Tribunales hasta que se resuelva la causa que busca definir su origen y futuro legal, considerando que «se trata de un delicado bien de altísimo valor histórico y cultural, que requiere especiales medidas de seguridad y preservación y que se halla sujeto a un proceso judicial en el que se entrelazan el derecho argentino y el derecho internacional».
El retiro del cuadro de Mar del Plata estuvo a cargo de una comisión encabezada por el comisario Roberto Varela, director de seguridad del máximo tribunal, y se contó con el apoyo de expertos para la conservación de obras de arte. Para su traslado, la pintura fue embalada en materiales neutros y protectores, envuelta con plástico de burbujas y fue colocada dentro de una caja resistente de madera que impidiera su movimiento.
Durante el trayecto desde la ciudad costera hasta Buenos Aires, la unidad de traslado debió circular a baja velocidad y se controló tanto la temperatura como la humedad durante todo el proceso, para evitar daños provocados por la fluctuación del clima.
En el Palacio de Justicia, la obra fue recibida por la directora de Bibliotecas de la Corte Suprema, Jessica Susco, la licenciada en conservación y restauración de bienes culturales María de la Paz Podestá y el director de Gestión Interna e Infraestructura, Sergio Romero, entre otros funcionarios.
El cuadro quedó alojado en un salón que cuenta con medidas de seguridad especiales, tales como un acceso con datos biométricos, cámaras de seguridad y custodia policial permanente.
El cuadro robado por los nazis: dudas sobre la mujer retratada
En un principio, según trascendió, el cuadro era un retrato de la condesa Colleoni, miembro de la dinastía Colleoni de Bérgamo, al norte de Italia, una familia muy relevante para la historia de la ciudad, al punto de contar con una capilla levantada con su nombre.
No obstante, tras descubrir que la obra no pertenece al pintor que se creía, los expertos también pusieron en duda que la mujer sea la condesa Colleoni e indicaron que es un punto «por demostrarse».
AS/LT