En el Senado argentino, solo siete senadores apoyaron el veto presidencial del gobierno nacional. Los legisladores libertarios Bartolomé Esteban Abdala e Ivanna Arrascaeta por San Luis, Ezequiel Atauche por Jujuy, Bruno Olivera Lucero por San Juan, Juan Carlos Pagotto por La Rioja y Francisco Paoltroni por Formosa, junto con la cordobesa Carmen Álvarez Rivero del PRO, se mantuvieron firmes en defensa del veto presidencial a la ley de Emergencia en Discapacidad, mientras 63 legisladores de distintos bloques decidieron rechazarlo de manera contundente.
La decisión de Javier Milei de vetar la norma había estado fundamentada en razones fiscales. El Ejecutivo argumentó que el proyecto, diseñado para garantizar recursos extraordinarios y reforzar programas destinados a personas con discapacidad, resultaba incompatible con la política de ajuste y austeridad porque implicaba un desequilibrio presupuestario sin financiamiento definido.
Sin embargo, la discusión en la Cámara no se dio en un vacío técnico sino bajo el peso de un escándalo que sacude al propio gobierno y que involucra directamente a la Agencia Nacional de Discapacidad. Los audios filtrados del entonces titular del organismo, Diego Spagnuolo, revelaron presuntas negociaciones de coimas vinculadas a la compra y distribución de medicamentos, en los que se mencionaban nombres de primera línea del oficialismo como Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem.
Este acontecimiento derivó en denuncias judiciales, allanamientos en la sede de la ANDIS y en los directivos de empresas proveedoras, como la droguería Suizo Argentina. La investigación judicial se aceleró bajo la órbita del juez federal Sebastián Casanello, quien ordenó allanamientos en propiedades vinculadas a Jonathan y Emmanuel Kovalivker, hijos de Eduardo Kovalivker, fundador de la empresa proveedora de medicamentos.
La crisis de credibilidad que atraviesa el Ejecutivo en torno a la discapacidad terminó de teñir de simbolismo el respaldo de los siete senadores, un gesto de fidelidad hacia el Jefe de Estado que quedó aislado frente al rechazo generalizado de la Cámara alta y que expuso, una vez más, las tensiones entre el relato de la austeridad y las sombras de corrupción que persiguen al oficialismo. Sobre todo en un tema muy sensible a la sociedad en su conjunto.