El BCRA vendió U$S 678 millones: medidas de emergencia frente a la sangría de dólares

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Este viernes se vivió otra jornada caliente en el mercado de cambios. El dólar mayorista cerró este viernes a $1.475, cincuenta centavos por encima del cierre previo. Esta semana el tipo de cambio mayorista subió $22, que se suman a los $98 de incremento de la semana anterior. El Banco Central volvió a intervenir para evitar una mayor devaluación y sostener el tipo de cambio. El dólar minorista aumentó a $1515, los bonos soberanos en dólares cerraron con mayoría de bajas y el riesgo país se sostiene por encima de los 1400 puntos.

Luis Caputo, ministro de Economía, aseguró que “hay suficientes dólares para todos”, y que van a “vender hasta el último dólar en el techo de la banda” en el streaming oficialista Carajo. Y vendieron como dijo. Este viernes el Banco Central vendió U$S 678 millones, así en sólo tres días perdieron U$S 1.110 millones. Caputo lo hizo de nuevo (se repite la historia, ya rifó dólares durante el macrismo y el Fondo pidió su renuncia) se profundiza el saqueo de reservas y para las elecciones de octubre aún faltan 25 jornadas. Este viernes fue uno de los días récord de venta de reservas del Banco Central y así “Toto” ingresó en el top ten de los últimos años. Podio que comparte con Sturzenegger (2018), Sandleris (2019) y Kicillof (2015).

Si Caputo, Sturzenegger y esa banda vuelve a hacer lo mismo, es porque se les garantizó impunidad todos estos años. Eso es lo que se tiene que terminar: la impunidad.

— Myriam Bregman (@myriambregman) September 19, 2025

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El presidente Javier Milei habló este viernes sobre la suba del riesgo país y lo atribuyó a una «espiralización del pánico político». Se podría responder «Es la economía, est*pido». Milei omite que el «plan económico» hace agua por todos lados. El dólar presiona y otra vez se discuten distintos escenarios: ¿vuelve el cepo?, chau bandas cambiarias y devaluación ahora, devaluación después de octubre, cuánto se tiene que devaluar. Ninguno de estos escenarios es favorable para la clase trabajadora. El poder de compra de los salarios y jubilaciones no recuperaron todo lo que se perdió con la devaluación inicial de este Gobierno, las paritarias están pisadas. Si bien el freno de la actividad desaceleró los precios, un nuevo salto del dólar podría volver a reavivar la inflación.

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Una nueva devaluación acentuaría en lo inmediato la recesión, la pérdida salarial, la desocupación y la pobreza. Las patronales ya responden con suspensiones, despidos y ataque al salario. Lo peor no pasó como prometió Milei y se deterioran las condiciones de vida.

Frente a esta situación el peronismo aspira a ganar las elecciones en octubre y volver al Gobierno en 2027. Esto implica que Milei siga avanzando con el saqueo. Axel Kicillof reconoció que el acuerdo con el FMI fue casi una estafa, pero dice que «romper con el FMI es infantil». Es decir, propone seguir sometido a los planes de ajuste del Fondo.

Solo el Frente de Izquierda plantea que Milei no va más y que hay que tomar medidas de fondo. La clase trabajadora debe tener su propia salida.

Y lo peor está por venir. Sin desconocer toda la deuda y tomar medidas de fondo como la nacionalización del sistema bancario, la crisis la pagará la mayoría trabajadora.
Milei no va más. https://t.co/99ZWcBkicl

— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) September 19, 2025

Medidas urgentes: ¿cómo se defiende la clase trabajadora frente a una posible devaluación?

Aumento de emergencia de salarios y jubilaciones

La defensa del salario está en primer orden frente a las presiones devaluacionistas. El poder de compra del salario cayó casi un 30% desde 2015 y una devaluación podría reavivar los precios que será un nuevo golpe a los ingresos. Es necesario un aumento de emergencia de los salarios, las jubilaciones, y los programas sociales. ATE Indec estima que la canasta familiar mínima estaba valuada en $1.939.698 en agosto.

Hay que poner en debate que ninguna trabajadora y trabajador gane menos de lo que se necesita para vivir, y establecer la actualización automática y mensual de salarios, jubilaciones y programas sociales, de acuerdo al aumento de la inflación.

Es necesario el llamado inmediato a un paro nacional y a un plan de lucha que enfrente el saqueo en curso. Basta de la tregua de la CGT.

Desconocimiento soberano de la deuda

El Gobierno honra la deuda y otra vez acordó un acuerdo con el FMI. Se paga una deuda odiosa: fue tomado contra los intereses de las mayorías populares, que vieron aumentar la pobreza, el desempleo y caer el poder de compra del salario.

El FMI exige reformas estructurales como la reforma laboral, previsional y tributaria, más ajuste y una mayor devaluación. El Fondo quiere que el Gobierno use los dólares para pagar a los especuladores y al propio organismo.

La izquierda plantea la necesidad de un desconocimiento soberano de la deuda, un no pago impulsado por la movilización obrera y popular.

Nacionalización del sistema bancario

Las familias están endeudadas y pagan tasas por las nubes mientras los bancos ganan. La banca privada reportó ganancias por $3 billones entre junio de 2024 y mayo de 2025.

El sistema bancario en manos privadas es el que organiza la fuga de capitales y la evasión impositiva que hacen los grandes empresarios hacia el exterior por todas las vías posibles. Para evitar ese saqueo es necesaria la nacionalización del sistema bancario, con la expropiación de los bancos privados y la conformación de un banco público único, bajo gestión de sus trabajadoras y trabajadores. De esta manera, se podría proteger a los pequeños y medianos ahorristas y canalizar el ahorro nacional hacia el crédito que permita desarrollar las actividades para responder a las más urgentes necesidades sociales.

Nacionalización del comercio exterior

Las exportaciones están controladas por un oligopolio privado, mayormente extranjero: Cofco (China), Cargill (EE.UU.), ADM-Toepfer (EE.UU.), Bunge (EE.UU.), AGD (Argentina), Molinos (Argentina), entre otras.

Estas compañías controlan los principales puertos de exportación, donde los organismos de control, como la Aduana, actúan como visitantes. Así, tienen facilidades para realizar todo tipo de maniobras como evasión de impuestos, subfacturación de exportaciones, no liquidación de dólares al Banco Central. Así, la principal fuente de dólares del país es ajena al control del Estado.

El monopolio estatal del comercio exterior quitaría esa herramienta de extorsión que tiene el capital agroexportador para imponer una devaluación: significaría que todos los exportadores entreguen lo que se va a exportar a una institución creada por el Estado quien es el que comercializa y toma la relación con otros países.

Todo lo que entre y salga del país debe estar en función de las necesidades sociales, de lo que se necesita para vivir. Y tendría que tener un control realizado por los trabajadores de los grupos exportadores o importadores, de los puertos y de la aduana. De esta manera, se controlaría la entrada y salida de dólares bajo control de los trabajadores, evitando así las maniobras especulativas que hacen las grandes patronales. También es necesaria la estatización de los puertos que en la actualidad están en manos privadas, y la expropiación de los grandes propietarios.

Estas son algunas de las medidas de emergencia en el camino de un programa de conjunto para que la crisis la paguen los capitalistas e imponer un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre que cuestionando el dominio de los dueños del país empiece la reorganización de la sociedad en función de las necesidades de las grandes mayorías y no del lucro capitalista.

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