«Me siguen las viudas, vengo de hacer “Viudas negras”, exitazo que rompió todo, y ahora estoy con Nora Cárpena, la viuda de mi primer productor Guillermo Bredeston, con quien debuté en calle Corrientes. En ese entonces me había elegido Moria, la one, había dicho ´la cordobesita vende´. También producía Rottemberg en lo que era el Tabarís, a donde hoy vuelvo”, dice María Fernanda Callejón, quien protagoniza “Viuda e hijas”, junto con Nora Cárpena (la viuda), María Valenzuela (la abogada), Sofía Gala Castiglione, y Gonzalo Urtizberea (el difunto).
La obra debutó el fin de semana en el Multitabarís y está escrita por Alfonso Paso Jr, adaptada y dirigida por Héctor Díaz. Trata sobre una ex-cantante lírica y sus dos hijas que se presentan en el estudio de una abogada a escuchar las últimas voluntades del difunto padre. Conversamos con Callejón.
Periodista: ¿Qué te atrajo de este proyecto que se reza “hasta que la herencia nos separe”?
María Fernanda Callejón: Me atrajo todo, desde los autores españoles, la dirección del gran actor Héctor Díaz que hoy dirige obras importantes pero lo más emotivo fue cuando me llamó Tomás Rottemberg, a quien conozco de chiquito. Mis primeros productores fueron Carlos Rottemberg y Guillermo Bredeston, mi primer trabajo en el teatro fue en los ´80 donde me eligió Moria en la audición en el teatro Tabarís. Era el debut de los Botton Tap con Pachano. Moria y “la lechuguita”, Zulma Fayad, se juntaban por primera vez después de una pelea mediática. La one dijo que la cordobesita, o sea yo, vendía. Fue mi primer desnudo. De ahí me fui a trabajar con Porcel en Canal 9 y protagonicé 15 años en la calle Corrientes. Nunca me fui del circuito, hubo intermitencia por la maternidad y hoy vuelvo a pisar ese teatro, con los hijos de esos grandes productores y tengo a Sofía Galá como compañera, a quien conocí cuando recién había nacido.
P.: ¿Cómo son estos personajes?
MF.C.: El mío es un personaje redondo, la antítesis a lo que hago en la serie “Viudas negras”, es una psicóloga, hija perfecta, nena de mamá, tengo mis cosas con mi hermana, hago de mamá puérpera y a la vez cuido mucho a mi madre una ex cantante lírica. Es un elenco coral, no salimos nunca de escena. Es el regreso de Nora Cárpena y María Valenzuela, y Moria es como un sol, aunque no la veamos ella está. Estamos todas las generaciones ahí arriba, con Sofía, y Gonzalo Urtizberea.
P.: ¿Qué otros temas aparecen en la obra?
M.F.C.: La muerte y la herencia son los grandes disparadores pero yo veo vínculos. Todos los tenemos diferentes, de amistad, familia o gente que recién conocés, cuando sucede algo límite ocurren cosas locas, se caen las máscaras, Es una comedia blanca de mucha risa, muy misteriosa que bordea el absurdo y es imposible que el público no se identifique. Hay dudas, te vas a reír, vas a profundizar, es que somos un absurdo caminando. Si tuviéramos un Truman Show o Gran hermano a cuestas, hay muchas locuras que se verían. Y la marquesina lo pinta, es muy almodovariana, con todo aquello que encierra la muerte. Es algo muy cultural como se toma. En otros países la muerte se celebra, hay personas que quieren ser enterradas, otras cremadas, todo un contexto que nos convoca.
P.: ¿Qué termina siendo más importante, el poder, el dinero o la familia?
M.F.C.: La herencia es un derecho, otra cosa es morir pendiente de una herencia. Le doy valor al dinero, nos dicen que es malo ambicionar pero querer tener dinero por qué no. El dinero no hace la felicidad pero ayuda, me importan los vínculos, te vas con eso no con plata. Si heredas mejor, pero tampoco el extremo como escuché tantas veces “como quisiera que mueran estas viejas así me hago millonario”. No voy detrás de la herencia, cuando pase algo lo llevaré de la mejor manera, intentaré que sea sano y en paz.
P.: ¿Cómo ves el teatro y la cultura hoy?
M.F.C.: La calle Corrientes la veo explotada de teatro, la industria está apostando y seguimos resistiendo para que la cultura siga, porque es aquello que nos permite demostrar nuestra idiosincrasia, como vivimos y pensamos. Como dijo Pinti, pasan los gobiernos y quedan los artistas, que no nos hagan creer que no somos nadie. Poder subirse al escenario y hacer reír un poquito a la gente es de una satisfacción enorme. Hoy remamos más que nunca, estamos mareados viendo donde están los nuevos espacios. Este gobierno no nos está acompañando, el anterior también nos estaba soltando la mano, así que agradezco a los productores que siguen apostando fuerte para que la industria siga de pie, no hay géneros menores, todo suma, plataformas, cine, TV y teatro, eso es cultura.