El padre argentino que denunció a su exesposa se reencontró con sus hijos en Brasil, tras más de dos años sin verlos

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El 15 de septiembre de 2023 había sido la última vez que Herman Kruase vio a sus hijos en persona, antes de que fueran trasladados a Brasil por decisión unilateral de su madre, Juliana Magalhães de Lima. Tras una larga espera, en medio de litigios judiciales, el platense se reencontró el sábado con los niños en la ciudad de San Pablo después de que un juez federal del país vecino autorizara un régimen de visitas virtuales y presenciales.

Con remeras de Estudiantes de La Plata traídas desde Argentina y un celular cargado de videos que mostraban saludos de familiares y amigos del colegio de City Bell al que asistían y del club Los Tilos en donde jugaban al rugby, el argentino de 52 años se preparó para volver a ver a sus hijos en un shopping ubicado al norte de San Pablo. En las horas previas, se preguntaba si lo recordarían.

El reencuentro fue definido por el juez Marco Aurelio De Mello Castrianni, tan solo ocho días antes, amparándose -entre otros argumentos- en el Convenio de La Haya sobre Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores de 1980. Se estableció que fuera en un “entorno público, neutral y de fácil acceso”. Junto a Krause, estuvieron una asistente social designada por la Justicia y una psicóloga que contrató el argentino.

“Fue duro y muy difícil”, así describió a LA NACION el momento que vivió con sus hijos. “Hace dos años que no me veían. Al principio estaban como dos estatuas cuando llegué. Decían que se querían ir y estaban llorando, pero de a poquito los fuimos encaminando, hablando”, contó de aquellos primeros minutos. Con el paso de las horas, según relató, los tres pudieron vivir aquel encuentro con más tranquilidad.

Herman Krause con sus hijos Paco y Mateus (Izq); Juliana Magalhães de Lima (Der)

En la semana, estaban previstas dos videollamadas de Krause con Paco y Mateus que no se pudieron concretar. Por eso, la expectativa sobre el cumplimiento de la orden judicial para el fin de semana estuvo en duda hasta última hora a raíz de una serie de apelaciones que presentó la madre de los niños que los llevó ilegalmente a Brasil en octubre de 2024.

La pareja se divorció en 2022 en medio de denuncias por abuso sexual y de género que no prosperaron en la justicia argentina. Tras varios idas y vueltas, que incluyeron un régimen de visitas viviendo separados en La Plata, el 28 de octubre de 2024 la mujer viajó hasta Misiones a bordo de un remís, cruzó la frontera evitando los controles migratorios y se instaló en San Pablo con los menores. Esto derivó en la intervención de Cancillería y hasta una alerta de búsqueda de Interpol.

Herman Krause junto a sus hijos Paco y Mateus en el club de rugby Los Tilos. Fuente: @hermankrause en Instagram

La presencia de las profesionales que acompañaron el proceso fue clave, según contó Krause, para interceder en la relación, ya que él reconoció que estaba “nervioso y ansioso”. Tal como relató, Mateus, el menor, enseguida entró en confianza y hasta se dieron un abrazo y un beso. Pero Paco, por su parte, se mostró más reacio y serio el primer día.

El sábado, Krause los llevó a una juguetería y a tomar un helado. Al día siguiente, festejaron el cumpleaños de Paco, que fue el lunes: compraron una torta, una velita, cantaron el feliz cumpleaños y fueron a jugar al bowling. Los reconoció mucho más altos, pero con “las mismas caritas”.

A pesar de que las profesionales le habían advertido que el primer acercamiento iba a ser complicado y hasta podía durar solo 10 minutos, como una forma de amainar las expectativas del padre, el sábado estuvieron juntos dos horas y el domingo, tres. “Sé que se quedaron contentos. Las cosas están saliendo bien”, expresó a LA NACION.

En el marco del Día internacional contra las falsas denuncias que se conmemora todos los 9 de septiembre, Krause insistió en que se “tiene que encontrar una solución urgente ante ellas, porque el daño que provocan, no solo a los adultos sino a los chicos, es tremendo”.

Es espantoso tener que pasar por esto, es lo peor que te puede pasar: que te denuncien por un abuso a tus propios hijos”, advirtió y subrayó que la “alienación parental” existe y es un problema que sufren muchos padres que son separados de sus hijos, bajo esta misma modalidad. “Lo tenés que vivir para saber que existe. Me conmueve ver a mis hijos de la forma en que los vi”, confesó.

El recorrido que habría hecho Juliana desde City Bell hasta Puerto Iguazú

Para lo que resta del mes, están pautados cuatro encuentro presenciales más (13,14, 20 y 21) y nuevas videollamadas todos los lunes y martes. Las de esta semana, a diferencia de las dos primeras, se pudieron concretar: “Me sorprendió porque estaban los dos sentaditos. Estuvimos media hora”.

En la resolución judicial, la Justicia ordenó a Magalhaes “garantizar el acceso de los niños al entorno virtual de visita, asegurándoles el uso de equipos adecuados (con cámara, micrófono y conexión estable a Internet), en el horario previamente establecido, velando por que el contacto se produzca de forma respetuosa, continua y sin interferencias indebidas”.

“Quedó demostrado ante la asistente social que ni los chicos me tienen miedo, ni hay peligro”, concluyó Krause a LA NACION tras el reencuentro, que ahora espera con ansias los próximos pasos de la revinculación parental.

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