Arcor: Hay que reformar todo el sistema impositivo argentino

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Modesto Magadán es el gerente general de Negocios de Arcor y sigue el «día a día» de todos los negocios de la principal multinacional argentina de alimentos, que entre todas sus divisiones suma 49 fábricas en seis países (37 dentro de Argentina) y exporta sus productos a 100 países.

Arcor está encabeza por Alfredo Pagani, quien en 2023 sucedió a su hermano Luis (se retiró tras cumplir 65 años, una regla que él mismo incorporó dentro de la compañía). Magadán cumplió hace pocos días 30 años en la empresa: economista graduado en la Universidad de Belgrano, ingresó a Arcor en octubre de 1994: era la época en que Luis Pagani avanzaba con la inauguración de la fábrica de chocolate ubicada en Colonia Caroya y todavía no habían comprado la marca Águila.

En la firma están muy atentos a la evolución del consumo masivo en la Argentina, que representa dos tercios de la facturación total del grupo, y a la vez siguen diversificando su actividad por el mundo. Hace pocas semanas compraron la división de golosinas y chocolates de Sayón, una de las principales marcas de Perú.

-¿Cómo fue la caída de consumo en 2024?

-Podemos dividir el año en dos. El primer semestre arrancó con una caída mayor y ya en el segundo semestre empezamos a ver una leve recuperación, que fue consolidándose a lo largo de los meses. Entre junio y julio llegamos al piso y a partir de ahí empezó a recuperar, levemente, el nivel de actividad y el consumo. Para nosotros fue un año interesante también por nuestra propia historia: festejamos 160 años de Bagley, 100 años de Aimoré en Minas Gerais, 40 años del producto BonOBon, 30 años de la inauguración de la fábrica de chocolate de Colonia Caroya y 30 años, también, de que tomamos el ingenio azucarero La Providencia en Tucumán. Son muchos aniversarios, que demuestran esta impronta de crecimiento que venimos teniendo.

-¿En alguno de estos últimos meses se alcanzó a recuperar la caída respecto a igual mes del año anterior o sólo se atenuó la caída?

-Depende de las categorías. Lo que llamamos “impulso” viene con caídas un poco más grandes y los productos más de la canasta básica ya están empatando a las ventas del año anterior.

-¿Cuánto representa para Arcor el mercado interno de Argentina en su negocio total?

-Entre 63% y 65% de la facturación. Y el resto son exportaciones desde Argentina o las operaciones industriales que tenemos Chile, Brasil, Perú, México y últimamente en Angola, que se abrió hace hace un par de años. Además de oficinas comerciales en otros lugares del mundo.

¿Y qué expectativas tienen para 2025?

-Esperamos que se empiece a consolidar esta leve recuperación. Y estamos trabajando mucho en comercio exterior, con crecimientos importantes en exportaciones a distintos países. Y con consolidaciones de nuestras operaciones en los distintos países, sobre  todo en Latinoamérica.

-Acaban de concretar una compra importante en Perú, de la marca de golosinas Sayón. ¿Puede haber más operaciones de este tipo?

-Siempre estamos estudiando distintas cosas. En este momento no tenemos nada previsto. La operación de Perú es interesante, es un país donde tenemos una planta industrial hace más de 30 años, con marcas reconocidas, pero Sayón es una marca particular, también con algunas maquinarias industriales que estamos adquiriendo, nos permite consolidar nuestra posición en Perú. Allá no tenemos una operación con toda la cantidad de productos que tenemos en Argentina, trabajamos en golosinas y chocolates. Nosotros compramos Sayón para golosinas y chocolates. En otros rubros la sigue manejando su dueño anterior.

-¿Cómo ven el panorama exportador con este tipo de paridad cambiaria?

-Para nosotros ser competitivos está en nuestro ADN. Exportamos a más de 100 países y a lo largo de los 70 años de Arcor siempre hemos ido exportando y tenemos que exportar. Somos competitivos, siempre trabajamos en serlo en los diferentes contextos, siempre mantenemos nuestros mercados y de hecho nuestras inversiones muchas veces están apuntadas, sobre todo a nivel local, en trabajar en la eficiencia y la productividad que nos garanticen esa competitividad, más allá del tipo de cambio. La competitividad no solamente tiene algún tipo de cambio, sino con infraestructura o temas fiscales, o con inversiones. Hay un conjunto de cosas que arman la competitividad de un país.

-En ese sentido, el Gobierno anunció una reforma impositiva para el año que viene.

-Yo creo que hay que reformar todo el sistema impositivo argentino. Veíamos la cantidad de impuestos que hay y las complicaciones de impuestos que hay. Creo que una simplificación en general del sistema impositivo argentino sería algo visto muy bien visto. Creo que a todos nos nos haría todo mucho más fácil y nos haría mucho más competitivos. Creo que parte de esa simplificación se va a traducir seguramente en más competitividad y también en normas de juego claras que atraigan inversiones, que también es parte de lo que necesitamos para crecer y retomar esa senda de crecimiento en el país.

-¿Además de su valor FOB, los productos que Arcor exporta desde Argentina incluyen impuestos?

-Por supuesto que hay impuestos, que pagamos nosotros y a lo largo de nuestra cadena de producción se pagan impuestos como Ingresos Brutos o tasas de distinto tipo. Claramente hay una exportación de impuestos. Forma parte de la falta de competitividad junto con otras cosas como infraestructura, que arman todo un contexto que es el que nos terminan haciendo más o menos competitivos.

-¿En infraestructura cuáles son las principales deudas?

-Caminos, puertos, ferrocarriles. Todo ese tipo de cosas que termina generando a veces por ineficiencias o por lo que sea un costo mayor.

-¿Cómo es nuestra competitividad en comparación con Brasil?

-Brasil es competitivo. Tiene esquemas de escala, por supuesto.

-¿También en cuanto a impuestos?

-No, también tiene sus temas fiscales. Cada uno de los países donde operamos tiene sus temas fiscales. Brasil tiene sus complejidades fiscales entre los estados. Pero Argentina es muy compleja, se ha ido volviendo compleja por la cantidad de tributos que tiene, los impuestos que se repiten. Es un país complejo, impositivamente.

-¿Cómo es el negocio completo de Arcor? Se la conoce principalmente por sus marcas

–El grupo tiene tres divisiones de negocios, la de consumo masivo es la más conocida, con golosinas, chocolates, alimentos y galletas. Y es además la más internacionalizada. Pero también tenemos una operación importante en envases y packaging en general y otra operación importante en agronegocios, con molienda húmeda de maíz y molienda seca, ya que somos el principal consumidor de maíz de Argentina. Son negocios importantes para el grupo, que son parte de un esquema de integración vertical que el grupo tiene desde siempre. Esos negocios han ido tomando importancia por sí mismos y hoy no dependen solamente de la integración vertical. La participación del grupo en esos negocios es chica, hoy es entre el 10% y el 20%. El resto es actividad para terceros, mercados que algunos son de consumo masivo, por ejemplo construcción, farmacia o alimentación animal, distintos tipos de productos.

-¿En qué otras áreas invierten?

-Invertimos en digitalización, en toda la cadena de valor, que es lo que se viene y es algo que te va a dar competitividad hacia adelante. Va desde el área industrial, el abastecimiento hasta el cliente. Desarrollamos una plataforma “BtoB”, que se llama Tokin, con la que estamos en contacto con prácticamente a 250.000 puntos de venta diariamente. Cuando se habla de digitalización o Inteligencia Artificial, son todos esos temas que uno está está viendo  continuamente.

-¿Qué hace falta para que mejore el poder adquisitivo y por lo tanto el consumo?

-El ordenamiento de la macroeconomía, lograr la baja inflación, lograr una estabilización cambiaria y lograr eh la baja de déficit fiscal es muy importante. Lo que esperamos es que esto se consolide hacia adelante con la reforma tributaria, por ejemplo, con la simplificación de la economía también, la desburocratización de la economía. Queda que se termine de consolidar un poco este crecimiento y volver a niveles de actividad, que se empiece a recuperar este rebote incipiente que tenemos y retomemos la senda de crecimiento. Para eso hacen falta inversiones, que muy probablemente se den con la consolidación de estas cosas. Cuando uno tiene un horizonte de planeamiento distinto y más estable, esas inversiones vienen. Creo que se han hecho muchas cosas, por supuesto quedan muchas cosas por hacer y queda mucho por consolidar. Pero se han hecho muchas cosas, a nuestro entender, en el camino correcto.

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