En diálogo con Canal E, Diego Bustamante, director de la ONG Pata Pila, reveló la alarmante situación de pobreza y falta de acceso a servicios básicos en el norte argentino, una región con enormes contrastes socioeconómicos.
Según el entrevistado, en el norte de Argentina, la pobreza no es solo una falta de recursos, sino una “pobreza estructural” que excluye a vastos sectores de la sociedad. El entrevistado sostuvo que, “la pobreza es muy diferente a la que tenemos en el centro del país. Es una pobreza que deja a mucha gente fuera del sistema, sin acceso a agua, viviendo en condiciones extremas, con casas de palos y plásticos”.
Sin embargo, el director aclaró que, lejos de ser una región empobrecida en términos absolutos, el norte argentino es rico en recursos naturales. “El norte tiene caña de azúcar, yerba, campos, ríos, y turismo. Lo que hay es una gran desigualdad”, afirmó.
La falta de agua: un problema cotidiano
Una de las principales dificultades que enfrentan las comunidades del norte es la falta de acceso al agua potable. “Hay comunidades que no tienen agua directamente. Las familias tienen que recolectar agua de lluvia o caminar largas distancias para conseguirla”, explicó Bustamante. Para aquellos que viven en zonas más alejadas, la situación es aún más grave: “Algunos municipios envían camiones cisterna, pero es una solución temporal”.
Las consecuencias de esta falta de acceso al agua son devastadoras, especialmente en la salud de los niños. Bustamante mencionó que “la falta de agua impacta en la desnutrición y en enfermedades prevenibles, además de causar muertes por deshidratación”. En los últimos cuatro años, su ONG ha registrado la muerte de más de 320 niños por causas relacionadas con la pobreza y la falta de acceso a agua.
La mortalidad infantil: un problema ignorado
En relación con la desnutrición infantil, Bustamante señaló que más del 50% de los niños menores de 15 años en el norte son pobres, y muchos de ellos enfrentan la muerte por desnutrición.
“Más de 320 niños de entre 0 y 5 años han muerto desnutridos en los últimos 4 años”, afirma. La falta de infraestructura, la lejanía de los servicios de salud y la carencia de políticas públicas adecuadas agravan esta tragedia. “Son enfermedades asociadas a la pobreza, a la incapacidad de las familias para solucionar problemas básicos”, agregó.
El desafío de la interculturalidad
El director de Pata Pila también destacó la compleja realidad de las comunidades originarias en el norte, como los wichí, guaraníes y toas, que enfrentan una doble exclusión.
“El gran Chaco argentino está lleno de parajes rurales tanto de pueblos originarios como de criollos, y cada grupo enfrenta diferentes desafíos”, explicó. La interculturalidad, añadió Bustamante, representa un reto para el sistema público y las políticas, que deben adaptarse a las necesidades específicas de cada comunidad.
Para finalizar, Bustamante agregó: “Vemos pueblos con enormes recursos naturales, que no tienen acceso a servicios básicos, mientras que las grandes ciudades se desarrollan”.