Se cumple medio siglo de una histórica travesía en bicicleta: Teo Nürnberg, el perfecto anfitrión

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Teo Nürnberg dejó mucho más que fotos. Quienes administran el fondo que lleva su nombre y que cuenta con miles de imágenes descubrieron que el legado del genial fotógrafo y docente también posee un archivo bibliográfico con documentos, cartas y notas periodísticas.

Justamente al revisar su archivo apareció la historia de June y Greg, una pareja pionera de cicloturistas que pasó por Comodoro Rivadavia a fines de enero de 1975. Habían partido de Alaska y su destino final era Ushuaia, a donde finalmente llegarían el 25 de febrero.

En total, fueron 985 días de viaje desde un extremo del continente al otro. Este martes, entonces, se cumple medio siglo de aquella hazaña, de la que dio cuenta El Patagónico, ya que fue uno de los medios que la pareja visitó durante su estadía en esta ciudad.

Esto fue posible por su anfitrión, Teo Nürnberg, quien los alojó en su casa del barrio Pietrobelli durante cinco días.

UNA HISTORIA PARA CONOCER

June y Greg Siple llegaron el 25 de enero de 1975 hasta un trailer de YPF ubicado a 67 km. aproximadamente de la ciudad y un día más tarde conocerían a quien finalmente resultaría ser su perfecto anfitrión. “La noche anterior llegamos a Comodoro y pasamos por un tráiler de YPF. Seguimos con la bicicleta un rato, pero vimos unas nubes enormes y oscuras que se acercaban rápidamente”, relató June desde su casa en Missoula (Montana) a El Patagónico.

“Dimos la vuelta y volvimos al tráiler. Vimos la lluvia acercándose y decidimos quedarnos. Era un lugar cómodo y seguro. Si hubiéramos seguido, tendríamos que haber recorrido 28 millas (45 kilómetros aproximadamente) hasta el siguiente refugio y habríamos quedado expuestos a la tormenta”, recuerda.

“Descubrimos que en la Patagonia no podíamos acampar en cualquier lado. El viento era demasiado fuerte. Muchas veces, para protegernos, nos metíamos en los tubos de drenaje que hay al costado de la ruta o en pequeñas estructuras tipo puentes”, detalla.

Fue entonces que apareció Teo Nürnberg en su largo camino. Y no fue el único célebre de Comodoro con el que se cruzaron. Ello se reconstruye gracias al archivo de Teo, donde sus albaceas culturales hallaron una carta de agradecimiento de June y Greg, junto con una nota de El Patagónico dando cuenta de aquella travesía en bicicleta. Desde el Fondo Nürnberg enviaron por Facebook una solicitud de amistad y un mensaje, el pasado 9 de diciembre, June y Greg respondieron y brindaron más detalles de su paso por esta ciudad, junto con copias del diario de viaje que ella llevaba.

Allí cuenta que el 26 de enero de 1975 “caminé hacia la oficina de turismo (cerrada sábados y domingos). Pero arriba está la estación de Radio Nacional, así que subí y encontré a dos tipos barbudos simpáticos -uno conduciendo un programa de música rock (que dejará de funcionar el 1 de febrero; dicen que no se reproducirá más música extranjera en la radio ni en la televisión); están realmente decepcionados. Nos preguntaron dónde nos estábamos quedando y sugirieron una colonia americana -5 km. al sur-; en ese momento entra Teodoro Nürnberg y nos invitó a su casa”. Uno de esos “barbudos” era Luis Eduardo Capovilla, en cuyo departamento pasarían la última noche en la ciudad.

Al aparecer Teo, “todo cambió porque había más música. En aquella época no podías llevar música contigo; no había dispositivos electrónicos para transportarla. Estar en la casa de Teodoro fue como estar en un paraíso musical. Teodoro nos mostró el camino a su casa. Y después subimos en bicicleta la gran colina de Comodoro y ¡qué vista desde lo alto del Atlántico! Como San Francisco; sus calles empinadas y el mar”.

En otra parte de su diario, June expresa: “pizza, mariscos excelentes, crudos con aderezo para ensaladas y cangrejo real enlatado de Ushuaia. ¡Guau! Estuvimos despiertos hasta muy, muy tarde; me quedé dormida en la habitación de su hijo de 10 años, que será la nuestra, terminé exhausta”.

Cuando 50 años después se le pregunta por aquellos días en esta ciudad, June responde que “recuerdo que había una montaña, era de noche y simplemente era hermoso”. También recuerda que “cerca de la Radio Nacional había muchos niños andando en bicicleta”.

En su diario, June cuenta que el 27 de enero “por la mañana Teodoro nos llevó a la estación de Radio Nacional; finalmente hizo un programa, pero no hasta después del mediodía. Teodoro iba a reunirse con nosotros en la oficina de correo, pero regresó porque pensó que habíamos llegado demasiado tarde. Por la tarde nos entrevistaron del periódico y regresamos comiendo helado. Teo fue a jugar a la paleta y Greg a mirar. Me quedé en casa, escribí un poco, herví agua, lavé la ropa y limpié los utensilios de comer. Después de que regresaron, cenamos y escuchamos algo de música. Cada vez teníamos más sueño y estábamos a punto de irnos a la cama cuando Teo nos invitó a dar una vuelta en coche: fuimos a la cima del Cerro Chenque que domina la ciudad. Era una noche preciosa, la luna llena brillaba sobre el mar a lo largo de los muelles de Y.P.F…. ¡Había mucho viento allí arriba! La torre de petróleo de arriba estaba sujetada con cables tensores. ¡Teo me informa que aquí se descubrió petróleo en 1907 mientras se perforaba en busca de agua! Mientras descendíamos nos detuvimos para examinar conchas de ostras gigantes, unas 8 pulgadas de largo de un mar antiguo, levantadas y erosionadas para revelarlas. Al descender regresamos para tomar un helado. Hay un muy buen helado aquí”.

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Nota de diario El Patagónico en 1975 sobre la llegada de Greg y June Siple a Comodoro Rivadavia (Gentileza de Fondo Nürnberg)

PIONEROS DEL CICLOTURISMO Y EL HOSTELLING

June comparte con El Patagónico que “éramos parte de un grupo y la idea surgió de otra persona. Éramos dos parejas. Sin embargo, en el camino, el hombre de la otra pareja contrajo hepatitis y tuvo que regresar. Así que seguimos adelante, aunque no teníamos mucho dinero”.

La idea era recorrer la ruta terrestre más larga del mundo. “La circunferencia de la Tierra mide 23.000 millas (37.014 km) y nosotros recorrimos 18.272 millas (29.405 km) en bicicleta. En cuanto al idioma, tuvimos que aprender español. Hubo algunos otros lenguajes intermedios, pero en su mayoría nos comunicábamos en español en Latinoamérica. Lo que nunca logramos fue entender la radio”.

Hace 50 años en Estados Unidos, cuenta June, “andar en bicicleta no era reconocido como un deporte; en Europa, sí. Por eso, una de nuestras principales razones para hacer el viaje era incentivar a la gente a hacer tours en bicicleta donde fuera. Uno de nuestros patrocinadores fue el American Youth Hostels. Esta organización promovía el hosteling, algo que tampoco era muy conocido en aquel entonces”.

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Foto: Greg Siple, copyright 1975

Durante el viaje –prosigue June-, “nos dimos cuenta de que recorrer largas distancias en bicicleta no era una práctica común, ni tampoco el concepto de hostelling. Queríamos usar nuestro proyecto para promover ambas cosas: el cicloturismo y el hostelling”.

Comenta que “nos hicieron entrevistas en muchos lugares porque éramos algo inusual. En Latinoamérica, en ese momento, la bicicleta solo se usaba como medio de transporte o para carreras. No existían los hostels. No sabemos si logramos un impacto, pero esperamos haber contribuido a que el hosteling y los tours en bicicleta se popularizaran. Esas fueron nuestras dos motivaciones principales”, reafirma.

June aún tiene presente que “cuando llegamos a Argentina nuestro equipamiento estaba en muy mal estado. Las bicicletas estaban bien, pero nuestras bolsas de dormir estaban tan gastadas que si las levantabas contra la luz podías ver a través de ellas”.

EL LEGADO DE UNA AVENTURA

Greg también participó de la charla con El Patagónico. Para él esos días también fueron especiales porque el 29 de enero era su cumpleaños y June le hizo la torta en el horno de la casa de Teo. “Escuché lo que decía June. Creo que hizo un gran trabajo al registrar nuestro viaje en Argentina. Lo que dijo representa mucho de lo que vivimos allí. Realmente disfruté Argentina. Fue el final de nuestro viaje, después de tanto tiempo en la ruta. La gente fue muy amable, nos ayudó mucho y especialmente disfruté la Patagonia, sus paisajes abiertos, su inmensidad”.

Finalmente evoca el arribo a Ushuaia porque “fue uno de esos momentos únicos en la vida. Sentí una plenitud total, como si el viaje hubiera sido lo suficientemente largo y ya era un buen momento para terminar. Hay algunos ciclistas de nuestro estilo que nunca se detienen; simplemente siguen andando y andando, pero yo sentí que ya era suficiente”. Claro que ese viaje definitivo les llevó dos años, ocho meses y nueve días que para Greg fueron “lo justo y necesario”.

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June Siple desde Missoula, Montana (EEUU) en entrevista con El Patagónico desde el Fondo Nürnberg.

El regreso a su país fue en otro medio. “Primero viajamos en avión a Comodoro y luego a Bariloche si mal no recuerdo, muy buenos chocolates en Bariloche. Luego fuimos hasta Chile y de ahí salimos a Miami. Viajamos de noche, mirando las luces de las ciudades desde el avión. Nos hubiese tomado un año llegar por tierra, pero en unas horas estábamos en Miami, donde nos recibieron con entusiasmo”.

El diario Miami Herald publicó un gran reportaje sobre el viaje de la pareja. “June escribió y fotografió mucho durante el viaje y tenemos muchas imágenes. Una de mis favoritas es la foto de nosotros en Ushuaia. En retrospectiva, lo que hicimos parece casi irreal, como si lo hubiera hecho otra persona. Pero fuimos nosotros. En ese entonces, todo nos parecía sencillo porque éramos jóvenes y nos adaptábamos a todo”.

Greg señala que “ahora somos mayores y hasta levantarnos de la cama puede ser un reto, pero nos sentimos orgullosos de haberlo hecho cuando pudimos. Mucha gente no ha tenido esa oportunidad, y estoy muy contento de haberla tomado. Nuestro viaje también impactó a muchas personas y cambió la forma en que los estadounidenses veían la bicicleta”.

National Geographic, que en ese momento llegaba a ocho millones de hogares estadounidenses, publicó la historia y –de acuerdo a Greg- “muchos se dieron cuenta de que la bicicleta no era solo para niños”.

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Foto: H. L. Allison, copyright 1975 (llegada a Ushuaia)

Cuando volvieron, fundaron una organización en 1976, el año del bicentenario de Estados Unidos. “Diseñamos una ruta ciclista a lo largo del país, entrenamos líderes, hicimos mapas y guías. Ese verano, 4.000 personas recorrieron el país en bicicleta, de Oregón a Virginia, atravesando 4.000 millas. Esto atrajo mucha atención y consolidó la cultura del cicloturismo”.

Hoy en día, muchas personas hacen el recorrido de Alaska a Ushuaia en distintos vehículos: autos, bicicletas, incluso una limusina “pero en nuestro tiempo fuimos pioneros en este tipo de travesía. Conocimos a Ian Hibell, un ciclista inglés que viajó en sentido inverso, de Ushuaia a Alaska. Él comenzó antes que nosotros. Sin embargo, nosotros fuimos los primeros en recorrer Alaska-Ushuaia de norte a sur. June, además, fue la primera mujer en lograrlo”.

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Carta de June Siple a Teo Nürnberg informando sobre la llegada a Ushuaia (Gentileza de Fondo Nürnberg)

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