En un operativo conjunto de alto impacto, la Brigada de Control Ambiental (BCA) de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación y el Departamento de Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina (PFA) allanaron una vivienda en el barrio porteño de Villa Urquiza, donde se incautaron más de 200 prendas y accesorios confeccionados con pieles de especies amenazadas y exóticas.
El procedimiento, llevado a cabo tras una extensa investigación de varios meses, dejó al descubierto un alarmante acopio de productos ilegales. Entre los elementos secuestrados se encuentran tapados, carteras, cinturones y diversos accesorios elaborados con partes de al menos 227 animales, muchos de ellos en grave riesgo de extinción.
La evidencia del tráfico ilegal
Entre las piezas más impactantes se encontraron:
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- Abrigos confeccionados con piel completa de yaguareté, donde se utilizó incluso la cabeza del animal como parte decorativa de las mangas.
- Carteras elaboradas con cabezas de yacaré.
- Tapados de ocelote y leopardo.
- Restos y pieles de boa, nutria, visón, cobra, tahr del Himalaya y aves del paraíso, provenientes de Asia y África.
La diversidad de especies identificadas, incluidos ejemplares de ecosistemas tan distantes, evidencia la conexión de este caso con las redes internacionales de tráfico de fauna.
Marco legal: ¿por qué son delitos penados en Argentina?
Este caso se enmarca en una investigación preliminar iniciada por la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos contra el Medio Ambiente (UFIMA), a cargo del fiscal federal Ramiro González. La causa actualmente recae en el Juzgado Criminal y Correccional Federal N.º 6, a cargo de Daniel Rafecas.
Desde la Subsecretaría de Ambiente de la Nación se reafirmó el compromiso del Estado en la lucha contra este tipo de delitos, que están tipificados y son severamente penados en Argentina por las siguientes razones:
- Atentan contra la biodiversidad: El tráfico de fauna es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel global. La caza furtiva para el comercio de pieles y partes de animales diezma poblaciones enteras, altera ecosistemas frágiles y lleva a las especies al borde de la extinción. El yaguareté, por ejemplo, es un Monumento Natural Nacional en peligro crítico en Argentina.
- Promueven la extinción de especies: Cada animal cazado ilegalmente representa un retroceso en los esfuerzos de conservación. Las especies incautadas, como el yaguareté y el ocelote, están protegidas por la Ley Nacional de Conservación de la Fauna N.º 22.421 y por tratados internacionales como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), que Argentina suscribe y cumple a través de leyes nacionales.
- Constituyen un delito federal: En Argentina, el tráfico de fauna está considerado un delito federal. La Ley 24.375 (Ley CITES) y su modificatoria, la Ley 25.790, establecen penas de prisión para quienes importen, exporten o comercien especies protegidas sin la autorización correspondiente. Las condenas pueden alcanzar varios años de cárcel.
El operativo en Villa Urquiza representa un golpe significativo a una cadena de comercialización ilegal y envía un mensaje contundente sobre la determinación de las autoridades para perseguir y sancionar los delitos ambientales, considerados de alta gravedad por su impacto irreversible en el patrimonio natural de la nación y del planeta.
