La vuelta de Boca a los trabajos en Ezeiza dejó una imagen que habló por sí sola: Juan Román Riquelme y Miguel Ángel Russo, abrazados en el Predio. Apenas un día después de haber recibido el alta médica tras permanecer internado unas horas por recomendación médica, el entrenador decidió estar presente en la práctica y fue recibido con afecto por el presidente xeneize.
La foto refleja una relación que trasciende la cancha. Amistad de años, respeto mutuo y una sintonía que se nota puertas adentro y también hacia afuera. Russo, firme pese a otra episodio de salud que preocupó a todos, y Román, siempre cerca del entrenador.
Russo y Román, juntos en la vuelta a los trabajos en Ezeiza.
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