Otro domingo que se va sin ver sonreír a Franco Colapinto. Aunque la del Hungaroring no fue la jornada soñada por el argentino, se observó una leve mejoría en el rendimiento del Alpine que lamentablemente fue perjudicada por dos errores groseros de su equipo en las detenciones en boxes que fueron determinantes en la 18ª colocación final del pilarense. El británico Lando Norris, en tanto, ganó el Gran Premio de Hungría, en su edición número 40, para conquistar su quinta victoria del año y acercarse a solo nueve puntos de la cima del campeonato de pilotos.
Las complicaciones para el pilarense en Budapest comenzaron en la largada. Colapinto partió en la posición 14º, pero al momento de empezar la carrera no tuvo un buen inicio y eso le costó cuatro posiciones. Solo 12 vueltas después (en un Gran Premio de 70 giros) empezarían los verdaderos problemas para él. Y lo que es más preocupante: causados por su propia escudería. Y es que Alpine decidió que el argentino hiciera su primera parada en boxes en la vuelta 13: fue el segundo piloto más rápido en parar a cambiar neumáticos (después de Nico Hulkenberg, que lo hizo tras cinco giros) y esa detención temprana supuso una estrategia obligatoria de dos paradas, aun cuando fueron varios los equipos que apostaron –y triunfaron– con una apuesta de una sola entrada a boxes. El inconveniente fue que, en esa primera detención de Colapinto, su equipo tardó una eternidad en hacer el cambio de neumáticos (de compuesto medio a duro): según información publicada por DHL, uno de los principales socios patrocinadores de la Fórmula 1, fue un tiempo de 11s01 el que tuvo al argentino detenido en boxes, por lejos la demora más amplia de las que se produjeron en Hungría.
Aunque el cambio de neumáticos le dio mejor ritmo, otro error idéntico lo volvió a complicar: había logrado posicionarse 15º cuando entró a boxes en el giro 35 y otra parada errática (7s23) regresó al argentino al fondo del pelotón, del cual ya no podría salir durante esa segunda mitad de la carrera. Detrás del argentino, antes de esa segunda parada, se encontraba Kimi Antonelli (Mercedes); la posición final del italiano, quien incluso llegó a puntuar con su 10º ubicación definitiva, obliga a hipotetizar con un final distinto para el pilarense de haber tenido buenas actuaciones de su equipo en las detenciones en boxes. Lo concreto fue que Colapinto cruzó la bandera a cuadros 18º, favorecido por una penalización de +5 segundos a su compañero Pierre Gasly y tras el abandono del HAAS de Oliver Bearman.
“No fue una mala largada en sí, pero no tuve nada de agarre atrás y me fui afuera en la curva dos. Había ganado algún puesto y, después, perdí muchos. Una pena“, explicó Colapinto, en diálogo con la prensa, sobre el inicio de la acción en el Hungaroring. El argentino, quien aseguró que analizaría junto a los ingenieros de Alpine qué sucedió en esas lentísimas detenciones en boxes, también expresó: ”Como equipo, últimamente hemos tenido muy buenos tiempos de paradas en boxes, pero estas cosas pasan en las carreras“.
“Paramos muy temprano, perdimos mucho tiempo (en las detenciones) –explicó respecto de los aconteceres del domingo en Hungría–. Después tuve como ocho banderas azules (NdR: indican a los rezagados que no interfieran y se dejen adelantar por los autos que están por sacarles una vuelta) porque me pasaron dos veces los mismos, porque paramos tan temprano, así que habré perdido otros 15 o 20 segundos en esa situación. Una carrera para el olvido. No teníamos tan mal ritmo pero fue un desastre. Tuvimos muchos errores: la largada, después los «pit-stops»… No fue un buen día”.
Más allá del piloto 43, el Gran Premio de Hungría fue atractivo de principio a fin. La estrella de la jornada en Budapest fue Lando Norris, quien ejecutó a la perfección una estrategia deluxe ideada junto a McLaren: partió tercero pero una floja largada lo ubicó quinto y, quizás entonces, surgió el plan de hacer una única detención que le permitiera imponerse por delante de los autos que también peleaban por la victoria, pero que optaron –todos– por pasar dos veces por boxes. Aunque Oscar Piastri, su compañero y líder del campeonato de pilotos, lo secundó y amenazó en las últimas siete vueltas, el británico empujó hasta el final –con neumáticos que acumulaban 14 giros más que los del australiano– y contuvo un ataque peligroso en la anteúltima vuelta que estuvo cerca de dejarlos sin nada a ambos. Mientras que George Russell completó el podio con su Mercedes, Charles Leclerc lamentó haber vivenciado en primera persona un problemático desenlace de carrera de su Ferrari: el monegasco, quien había largado primero, perdió estrepitosamente el ritmo después de su segunda parada en boxes y fue adelantado primero por Piastri y luego por Russell para cruzar la bandera a cuadros cuarto.
Lo que pasó en Hungría obliga a volver sobre quien luce la bandera argentina en su casco. Y es que, mientras que Colapinto no levantó la voz respecto de la floja actuación de Alpine en boxes (más bien la relativizó), desde un entorno vinculado al argentino sí hubo algunas reacciones algo explosivas. Apelando a la sorna, quien primero se expresó fue Marcos Galperin, CEO y fundador de Mercado Libre, uno de los sponsors de Alpine. “El año que viene voy a tener tiempo para ayudar a cambiarle las ruedas a Franquito un poco más rápido…”, publicó en su cuenta en la red social X. Jamie Campbell-Walter, expiloto británico vinculado a la gestión de talentos y uno de los managers de Colapinto, le respondió mediante un posteo: “Yo también, ¡podemos hacerlo juntos!”, le contestó, en inglés, aunque finalmente terminó borrando la publicación.
Habrá que esperar, por el bien del protagonista nacional de la Fórmula 1, que esos arrebatos discursivos de alto impacto no tengan efectos colaterales en el presente del piloto pilarense, ese joven talento que va creciendo carrera a carrera en la Máxima y cuya sola presencia en los paddocks más importantes del mundo despierta alegría y orgullo en millones de argentinos y argentinas.