Con una beca en mano y la valija llena de sueños, Florencia Celani dejó Rada Tilly para probar suerte en Croacia. Hoy es profesora de canto, canta en escenarios europeos, fue parte de «La Voz» y asegura que encontró una segunda casa sin dejar de extrañar la primera.
Su voz, que suena como si cantara incluso cuando habla, se mezcla con risas, con recuerdos y con una calidez patagónica que no se diluye a 12.000 kilómetros de casa. Florencia nació en Comodoro Rivadavia, se crió en Rada Tilly y, como tantos jóvenes argentinos, soñó con Europa. No por turismo, sino por posibilidad.
Florencia Celani es de Rada Tilly, pero desde hace siete años vive en Croacia
Viajaron de Comodoro a Europa por turismo, pero una perrita tenía otros planes y terminaron viviendo en España
En 2018, tras terminar su carrera artística en Buenos Aires, aplicó a una beca que el gobierno croata otorga a descendientes de ese país. «Me anoté y me olvidé. Hasta que un día, me llegó un mail en croata y ahí empezó todo», recuerda.
Febrero, frío siberiano y un idioma que no sonaba a nada
La llegada fue cinematográfica: nieve, idioma desconocido y una valija perdida en el aeropuerto. “Solo tenía una bolsita. Recuerdo pensar: ‘¿qué hice?’, pero siempre con alegría”, cuenta.
Croacia la recibió con todo lo que un cambio de vida implica. “Lo primero que sentí fue el frío. Y el idioma… escuchaba y nada sonaba familiar”, relata. Pero esa alma “media descabezada y aventurera” —como se define— no se dejó amedrentar. “Vine sin trabajo, solo con esa beca, pero con muchas ganas de vivir algo nuevo.”
Del frío del sur a Dubai: “un día volví a casa y tenía las suelas de las zapatillas derretidas por el calor”
Hoy, Florencia es profesora de canto en dos escuelas privadas. Enseña técnica vocal e interpretación. Además, canta en shows privados y forma parte de un trío vocal que reversiona canciones pop en estilo jazz con una big band. “Estoy en mi salsa. Mis días se me pasan entre partituras, letras, ensayos y alumnos”, dice.
Incluso, da clases en croata. «Eso sí que es un cambio. Pero hago lo mismo que hacía en Argentina, solo que en otro idioma.»
Hace shows privados y da clases de canto
Su participación en “La Voz”
Uno de los hitos más impactantes de su vida croata fue su participación en el famoso reality musical “La Voz”. “No sabía casi nada del idioma cuando me anoté. Fue tremendo. Me encantaba comunicarme y sentía que me faltaban palabras, pero fue parte de la experiencia”, recuerda.
Con la música a otra parte: dos comodorenses que vendieron todo y se instalaron en España
Las cuatro sillas se dieron vuelta. El público la aplaudió. Y Croacia la adoptó. “Ahí me empezaron a llamar ‘la Shakira croata’, por mi pelo y mi forma latina de ser. Hablaban del fuego, la chispa que tenemos los argentinos.” El programa le dejó vínculos, afecto y reconocimiento. “Hasta hoy me hablan por redes, me vienen a ver a los shows. Siento que no tomo dimensión de lo que fue.”
Su participación en «La Voz» Croacia marcó un hito en su carrera
Lo más duro y lo más hermoso
Lejos de la postal romántica de “irse a Europa”, Florencia no duda: “Lo más duro es la familia. Se extraña todos los días. Mis viejos, mi hermano, mis amigos, la espontaneidad argentina. Eso de tocar la puerta y poder ir de visita sin avisar.”
«Acá llegás, trabajás un par de meses para poder comprarte un auto y salir a recorrer», cuenta una comodorense en Australia
Aun así, hay gratitud. “La gente acá es un diez. Muy amorosa, muy cálida. Encontré familia, encontré seguridad. Ya no me doy vuelta al caminar como me pasaba en Buenos Aires.”
Maria Florencia – «You Sang To Me» y su participación «The Voice»
Volver siempre está en los planes. “Hace unos años te decía que no, que ni loca. Pero uno se pone más grande; extraña. Por supuesto que voy a volver. Amo Argentina. Amo Comodoro. Amo Rada Tilly. Croacia es mi segunda casa, pero la casa es la casa. Y como dice mamá: los brazos siempre están abiertos.”
Desde un escenario en Zagreb hasta un aula de canto o una videollamada con su familia, Florencia Celani lleva su historia a flor de piel y su voz como bandera. Cantando, enseñando o simplemente contando su camino, demuestra que se puede reinventar el hogar, sin perder de vista de dónde se viene. Porque, aunque hoy la vida le suene en croata, su tono sigue teniendo acento patagónico.