La vida de Juana Repetto dio un giro en los últimos meses. Luego de confirmar su separación de Sebastián Graviotto, con quien estallo de ira, padre de su hijo Belisario, la actriz y creadora de contenido transita una etapa de reacomodamiento emocional, familiar y hasta creativo.
En ese contexto, encontró en la cerámica no solo un pasatiempo, sino también una nueva forma de expresión. “Acá aparezco, ando perdida porque bueno, ya saben. Igual acomodándonos ya mucho más en calma en lo de mamá, empezando a organizarnos, a encontrar nuestra rutina acá y demás».
Y siguió Juana: «Así que contenta. Les acabo de subir un video de cómo pinté mis primeras piezas de cerámica. A ver si les gusta”, en sus historias de Instagram, donde documenta cada paso de esta nueva faceta. Lejos de que sea una actividad pasajera, Juana se sumergió con entusiasmo en el mundo del barro, el torno y los esmaltes.
“Me están preguntando por la huevera, que recién mañana se supone que ya está horneada para pintar y después no sé… Yo me voy a llevar una docena de huevos para ver si entran bien. Si la pinto al pe… me llevó un montón de tiempo hacerlo y no me divierte tanto como tener la mano en el barro”, relató.
La actriz también mostró otras piezas, como un cuenco que ya fue aprobado por su hijo menor: “Así quedó, ¿les gustó? Beli lo aprobó”, dijo, tras compartir una imagen del nene comiendo pastas en su creación artesanal. Además, Juana reveló que está trabajando en un nuevo recipiente para snacks.
“Ahora voy a pintar este que lo tengo que lijar, que me pidió Toro para poner papas fritas y ketchup. Está buenísimo. También puede ser humus y verduras, ¿qué más pondrían acá? Nachos y guacamole…”. Su taller se convirtió en un punto de encuentro con sus hijos, quienes participan y opinan sobre los objetos que ella crea.
El arte, así, se vuelve un puente familiar y emocional en un momento de transición personal. “Esto se supone que una lija antes del horno, pero como era peligroso que se rompa y me lo hornearon muy amablemente. Lo voy a lijar ahora y lo voy a pintar”, explicó sobre uno de los objetos en los que está trabajando.
“Después voy a hacer una tabla de picadas que les voy a mostrar”, adelantó entusiasmada. Para Juana, la cerámica es más que una técnica: es una forma de encontrar calma en medio del cambio. En cada pieza se refleja una búsqueda de una nueva rutina, nuevos espacios y nuevas versiones de sí misma.
En este proceso de transformación personal, Juana Repetto encontró en la cerámica mucho más que un pasatiempo: halló un espacio íntimo de expresión, calma y conexión familiar. Con cada pieza que moldea, pinta y comparte, deja ver una versión más auténtica de sí misma.