La comunidad científica internacional se encuentra en alerta tras la detección de una eyección de masa coronal (CME) que impactó la Tierra este domingo 1° de junio. Este fenómeno, similar al ocurrido a mediados del año pasado, podría generar auroras australes en la Patagonia, afectar las redes eléctricas y las comunicaciones a distancia.
Una tormenta solar se origina a partir de una eyección de masa coronal (CME), una erupción producida en el Sol que libera grandes cantidades de plasma y campo magnético al espacio. Estas erupciones, que pueden alcanzar velocidades de hasta 500 kilómetros por segundo, son las explosiones más grandes y potentes de nuestro sistema solar. Si bien la mayoría de las CME no impactan directamente en la Tierra, aquellas que lo hacen pueden generar tormentas geomagnéticas.
Según la Agencia Espacial Española (AEE), una tormenta geomagnética de nivel G4, como la actual, puede provocar:
Si bien no se prevé un apagón generalizado, es importante estar preparado para posibles interrupciones en el suministro eléctrico y las comunicaciones. Se recomienda:
Los altos niveles de actividad geomagnética podrían generar auroras australes en la Patagonia, tanto en Chile como en la Argentina. La visibilidad dependerá de las condiciones climáticas locales. Además, se esperan avistamientos en Alaska, Canadá, el norte de Estados Unidos e incluso Alemania.
Sí, auroras australes ya iluminaron Ushuaia y otras ciudades de la Patagonia a principios de mayo de 2024. Aquella noche, la tormenta solar más intensa en dos décadas regaló un espectáculo pocas veces visto en latitudes tan bajas, con luces de colores danzando en el cielo nocturno. El fenómeno, también observado en la Base Marambio y, por primera vez, en la Base Orcadas de la Antártida, fue resultado de la interacción entre partículas cargadas del Sol y el campo electromagnético terrestre, desviadas hacia los polos magnéticos.
Si bien una tormenta geomagnética de nivel G4 puede tener efectos significativos, no se considera una situación de peligro.