El Padre Jorge Mario Bergoglio, antes de ser el Papa Francisco, tomando mate
En 2013, cuando el mundo conocía al flamante papa Francisco, los ojos del escrutinio público se volvieron hacia el barrio porteño de Flores que lo vio crecer para dar con la historia de amor que no fue: la de un jovencísimo Jorge Mario Bergoglio y su vecina, Amalia Damonte.
Amalia y su familia vivían cerca de los Bergoglio, en el barrio de Flores. «Crecimos juntos, jugábamos con los hermanos», recordó la mujer en una entrevista que dio en 2013 a propósito de su relación con sus vecinos, Jorge incluido.
«Era una maravilla, un chico correcto, buen amigo«, agregó Amalia, para quien Regina Sívori, la madre de Jorge y sus cuatro hermanos, era «una virgen María».
Corrían los últimos años de la década de 1940 cuando ella y Jorge, que tendrían no más de 12 años, se vieron por primera vez con otros ojos. «Un día, me mandó una cartita diciéndome que me iba a hacer una casita cuando nos casáramos«, relató Amalia, que todavía recordaba el dibujo de «una casita blanca», el hogar de su vejez juntos.
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Pero esos planes no prosperaron: «Yo tuve la desgracia que mi mamá me la pescó. Fue la única (carta) que me dio y me costó una buena paliza de mi padre«, explicó la mujer, que todavía en 2013 vivía a tres casas de donde creció Jorge Bergoglio.
«Si no me caso con vos, me hago cura«, le habría dicho Jorge Bergoglio y, dicho y hecho, en algún momento de su adolescencia sintió el llamado al sacerdocio y tras terminar el colegio ingresó al Seminario Metropolitano de Buenos Aires, que fue fundado por los jesuitas en 1897.
Bergoglio fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969 y, tras un breve paso por la docencia, inició una carrera eclesiástica que culminaría el 13 de marzo de 2013 con su designación como sucesor de Benedicto XVI.
«Creo que él es muy sensato, y yo soy así también. Soy muy humilde. Tal vez, en ese sentido, podríamos ser almas gemelas. Como somos muy humildes, amamos a los pobres«, conjeturó en ese entonces Amalia, quien lo describió como «atento y de gran corazón».
La mujer falleció el 24 de enero de 2015, después de años de mantener una amistad epistolar con su otrora vecino, a quien el resto del mundo conoció como el Papa.
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