El cirujano plástico Fabián Peláez (54) recuperó la libertad aunque continúa siendo investigado luego de que su pareja saltara de un balcón y lo acusara de drogarla y retenerla contra su voluntad. El dramático episodio ocurrió el 27 de enero en el barrio porteño de Palermo y el juez Daniel Rafecas decidió hacer lugar al pedido de excarcelación de la defensa, luego de la declaración de la mujer, quien manifestó su deseo de que Peláez sea liberado para poder retomar la relación con él.
Por estas horas, el fiscal Gerardo Pollicita presentará la apelación a esta decisión de Rafecas de liberar al cirujano. Es que de acuerdo a la acusación existen riesgos procesales por el monto de la pena y por la posibilidad de «entorpecimiento para la averiguación de la verdad».
Entre los argumentos del fiscal Pollicita para oponerse a la liberación surge que aún no han peritado los teléfonos celulares de la víctima y del imputado, algo clave para reconstruir lo que pasó durante la madrugada del 27 de enero en el departamento de Palermo.
Además, todavía no identificaron a los testigos que permitan aportar información para la reconstrucción y sobre los cuales el «imputado podría ejercer influencia«.
Rafecas le impuso al cirujano apenas un impedimento para salir del país y deberá presentarse en el juzgado una vez por mes para firmar. La defensa del sanjuanino está en manos del abogado Diego Carbone.
Según pudo saber Clarín, Peláez ya está conviviendo nuevamente con su pareja, y este jueves pasaron la noche en la casa de un amigo en la zona Norte. Una vez que puedan volver al departamento de la calle Niceto Vega al 5900 para retirar sus pertenencias, regresarían juntos a San Juan.
Rafecas entendió que la declaración de la víctima en cámara Gesell fue favorable al imputado y valoró que estuviera de acuerdo con que recuperara su libertad.
Sin embargo, para la fiscalía la decisión no atiende la situación de vulnerabilidad de la víctima, que depende económicamente del acusado.
Al menos en esa línea se manifestó Pollicita en un dictamen al que tuvo acceso este diario: «Surgen claros indicadores objetivos que permiten presumir una situación de especial vulnerabilidad en la que se encuentra inmersa la víctima, al existir una relación de dependencia económica, afectiva y laboral«.
Es que Peláez es el dueño de la casa en la que vive la mujer y también quien la sostiene económicamente a ella y a su hijo. Además ella manifestó trabajar en emprendimientos del cirujano plástico, pero sin recibir ningún tipo de salario.
“Sí, ella no trabaja. Yo me encargo de su estudio, de su ropa, de la escuela de su hijo. Ella también recibe una pequeña cantidad de cuota alimentaria del padre del niño”, declaró Peláez en la indagatoria.
Asimismo, Pollicita en su dictamen detalló que la pareja se inició como una relación médico-paciente, «asimétrica por definición». Además de mediar entre ellos diferencia de edad y por la situación económica del imputado.
La investigación
Peláez reconoció en su indagatoria el consumo de sustancias en la pareja y que la mayoría de las veces su novia de 34 años consumía cocaína. También confirmó que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y que tomaba antidepresivos.
El médico tratante de la mujer reconoció que su problema de consumo de sustancias se había incrementado desde que empezó su relación con el imputado y que sus crisis de angustia estaban vinculadas a los días posteriores a esos consumos.
Cuando la Policía de la Ciudad, por orden de la Justicia, allanó el departamento de alquiler que ocupaban el cirujano y su novia, encontraron drogas y otros elementos de prueba que fueron secuestrados.
Al ingresar a la casa ubicada en el primer piso de un edificio de Niceto Vega al 5900, los oficiales incautaron tres tipos distintos de drogas. Según confirmaron a Clarín fuente del caso, había marihuana, cocaína y tusi, también conocida como cocaína rosa.
El médico es un personaje conocido en la capital sanjuanina. Es propietario de una clínica de estética que funciona en un chalet que perteneció a una familia bodeguera.
Según trascendió, mientras la mujer era atendida por el SAME, que llegó luego de que algunos vecinos la vieran desnuda y pidiendo ayuda en el medio de la calle, dijo que su pareja la drogaba y la obligaba a prostituirse.
Para escapar saltó desde el balcón y se quebró los tobillos.
Uno de los argumentos principales en la acusación es que Peláez es médico con matrícula habilitante y debió saber que la combinación de psicofármacos con cocaína podría derivar en una situación de excitación peligrosa.
Peláez declaró a los policías que se lo llevaron detenido que su pareja tiene problemas psiquiátricos y estaba medicada. Luego ante la Justicia negó haberla tenido cautiva y sostuvo que tuvieron relaciones sexuales consentidas y que habían consumido drogas previo a que su pareja se arrojara al vacío.
El sanjuanino está acusado por suministro gratuito de sustancias estupefacientes y facilitación del inmueble utilizado para realizar conductas en infracción a la ley 23.737 y lesiones culposas, lo que prevé una pena de 3 a 15 años de prisión efectiva.
La mujer fue asistida por un equipo especializado en salud mental compuesto por médico, trabajadores sociales y psicólogos. Según fuentes de la investigación, estaba en un estado de shock, por lo que se evaluó su situación.
En principio se descartó la hipótesis de trata de personas, barajada por los dichos de la víctima en el momento del hecho, pero la causa continúa.
Ahora, tras la apelación presentada por el fiscal, la Cámara deberá resolver la situación y definir si Peláez vuelve o no a la cárcel.