¿Cuándo terminará la novela del verano? Y no nos referimos a la de Wanda e Icardi, sino a la de Macri y Milei. La sinfonía de ambos directores de orquesta sigue colisionando, pero el presidente sigue manejando el metrónomo.
Una amistad cada vez mas áspera
Los dolores de cabeza de Macri se multiplican y no lo dejan disfrutar sus vacaciones. El domador de reposeras se encuentra en una encerrona donde el tiempo es crucial. Por un lado, siguen pasando referentes propios al bando libertario y por otro, no mide en las encuestas como quisiera.
Por eso mismo, procuró adelantar la dinámica de las negociaciones con el desdoblamiento de las elecciones en CABA. Este hecho no le hizo ninguna gracia a Milei, que lo definió como “cuidar la quintita”. En la misma entrevista que dio esa declaración, sostuvo que su ideal con el PRO sería poder ir juntos y “arrasar al kirchnerismo en las próximas elecciones”.
Eso sí, aunque vuelve a la cortesía de llamar “presidente Macri” a su aliado, esquiva la posibilidad de que él sea candidato, no por llenarse la lista de casta sino por la imagen negativa que aun persigue al ingeniero, quien vuelve a repetir las pesadillas de las últimas elecciones donde su partido lo borró como candidato. Con un agravante, esta vez no tiene un salvoconducto externo al cual utilizar a su favor.
Mientras tanto, el primo de Mauricio, Jorge, arengaba al PRO porteño: “se viene un Mauricio Macri candidato”. ¿Se rebajará el expresidente a volver a la pecera pequeña de las elecciones de la Ciudad? ¿O intentará que LLA lo acepte como candidato? Cosa que ni su partido quiso.
El líder liberal pasó de la amenaza de ir “juntos o separados en todo el país”, a matizarla con una propuesta de “acuerdo total en todo el país”. No obstante, para los libertarios el PRO ya goza de suficiente representación en el gobierno; de hecho, Milei menciona a Caputo, Sturzenegger y Bullrich como parte de la estructura orgánica del partido amarillo. Esto inquieta a Mauricio que sabe que ninguno de ellos le responde directamente a él.
De igual modo, el ingeniero mete presión, sabe que cada día que pasa la dinámica debilita aún más al PRO y que no se encuentra en una posición cómoda para dar algún batacazo. A través de sus redes le habla a Javier, como si este no le estuviera contestando el teléfono.
“Estamos dispuestos a conformar un equipo de trabajo conjuntamente con quien vos dispongas, para defender los logros obtenidos y también avanzar en una agenda profunda de cambios y transformaciones que la Argentina aún necesita”, se rinde Mauricio a los pies de Milei.
Querido Javier. Desde el PRO siempre vamos a estar del lado de los que trabajan para terminar con el populismo, la demagogia y la falta de transparencia. En definitiva, para que el kirchnerismo nunca más vuelva a gobernar el país o alguna de las 24 provincias argentinas. Es por…
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) January 9, 2025
Cierra el mensaje pretendiendo marcar la cancha: “Estoy seguro de que este año que comienza podemos representar juntos las banderas del cambio, la libertad y las instituciones”. De ese modo, asemeja el slogan del cambio al de la libertad de Milei y de paso esgrime sobre uno de los principales temores de grandes sectores de la burguesía: las instituciones. Esto sin recibir respuesta del presidente, ya que desde el gobierno escuchan y no contestan, como diciéndole “esperá que ya te vamos a decir algo.
Por eso el líder del PRO pone segunda y ya define sus elegidos para la mesa de negociación con la Casa Rosada, movimiento que le confirma a los libertarios que tienen a Mauricio a su merced y deciden estirar la sangría.
Nuestra propuesta de equipo de trabajo está conformada por las siguientes personas: Cristian Ritondo, Ana Clara Romero, Silvia Lospennato, Hernán Lacunza y Soledad Martínez. Con ellos, y los nombres que LLA proponga, podemos conformar un equipo no solo para defender los logros…
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) January 9, 2025
Desde la Casa Rosada no desean discutir ningún tipo de programa ni estrategia política, más bien desean que los amarillos se acoplen y acompañen. En todo caso, la mesa de diálogo es para el armado de las listas y el gobierno prefiere dilatarla hasta mayo o abril, pensando en las elecciones nacionales y no en las locales.
Para llenar el cartón, Milei habla del aceitado vínculo que posee con otros miembros del PRO como Santilli y Ritondo, a quienes los carpetazos de Mauricio ya empezaron a sacudir.
¿Tabula rasa o la casta está en casa?
El ahora presidente, ya como candidato se jactaba de su capacidad de hacer tabula rasa y pasar de página con sus adversarios políticos, mientras compartieran los mismos fines.
Forma elegante de llamar a la comunión con los miembros de la casta. Porque si bien el gobierno decía que Argentina no iba a prosperar con “los mismos de siempre”, desde su gabinete hasta sus últimas líneas están cruzadas de punta a punta por la casta más nefasta.
Tanto así que de arreglar las cosas con Mauricio, podría darse de forma inédita que aquellos rivales del balotaje del 2015, Macri y Scioli, 10 años después comulguen en una misma lista. Lo que podría pensarse como una masterclass de política argentina, es en realidad reflejo de la enorme crisis que atraviesa el régimen de las coaliciones, que le sirvió en bandeja el gobierno al outsider de Milei. Lo único cierto es que la casta cada vez se acomoda más desde nuevos y mullidos asientos.