Hace tiempo que las fotos dejaron de ser inocentes. También es cierto que una imagen por si sola no argumenta ni justifica nada. La lógica de toda cultura se caracteriza por una ordenación coherente y regulada de hechos e ideas, no de imágenes. Pero cabe preguntarse si esta foto ha querido desnudar algún guiño político enfocado en la dirección deseada. La limpieza de la imagen sugiere al que la observa una pulcritud de carácter moral, una sensación de firmeza en las ideas, de honestidad existencial, de conformidad por el trabajo bien hecho. Funcionan las posturas corporales, las sonrisas envasadas, la sensación de aseo, de haber dormido bien, de estar recién duchados, recién afeitados. Una foto fresquita, en consonancia con la realidad ártica que nos toca vivir, donde los argentinos no paramos de orinar cubitos de hielo. No hay sufrimiento. No lo hay. Lo digo por aquello que Tévez expresaba meses atrás: “Hoy toca sufrir.” (….) ”ahora tenés que ser duro y fuerte para cambiar algo”, nos dijo.
Hay que preguntarle al “apache” del mercado si todavía cabe sufrir un poco más. Más devaluaciones salariales, más recortes del gasto social, más desregularización el mercado laboral, más privatizaciónes, más estrangulamiento de la cultura, más empecinamiento por privatizar el fútbol argentino, más periodo de fe ciega en los operadores privados, en la creencia de que los mercados, y solo los mercados, tienen la llave mágica de la prosperidad.
Días pasados algunos jugadores campeones del mundo se tomaron una foto con Manuel Adorni y con la Secretaria General de Presidencia Karina Milei. Están en su derecho. Faltaría más. Pero uno sabe donde pone el cuerpo. Sabe si una foto es institucional o propagandística, si tiene carácter oficial o mundano. Lo sabe. Pero todo vale en la batalla cultural. Se enseñan dientes y sonrisas. Dientes y sonrisas que joden, que incomodan. Como en la foto, que es en color pero parece en blanco y negro. ¿Acaso hay personas que se alegran por la realidad de hoy en blanco y negro?
Abundan. Se las ve cada día en el subte, en los restaurantes, en los mercados, en las fotos. Un mundo en blanco y negro que fabrica identidades por amputación, algo que se reproduce muy bien en futbolistas de éxito, arrancándose una parte de lo que fueron. Han sustituido el sentido de pertenencia por el individualismo exacerbado; la solidaridad por el narcisismo; y la interpretación, el disimulo, el engaño y la impostura de lo que realmente fueron a lo que realmente son. Millonarios patrióticos que fundan su patria, su himno y su bandera desde sus clases privilegiadas donde la realidad no les llega, no les toca, no la sufren. No sabemos quienes vamos a ser, pero podemos sospechar quienes fuimos.
Nunca es tan devastadora la soberbia que cuando se vuelve innecesaria. Ya lo sabe. Hoy nos toca sufrir, lo dijo Tévez.
(*) Periodista, ex jugador de Vélez, clubes de España y campeón mundial 1979